La consultora Economía y Regiones, que dirigió Rogelio Frigerio hasta que asumiera funciones políticas en el Pro, considera que el BCRA enfrentará grandes dificultades para afrontar los desafíos que se le abren con la actual orientación.
En el primer mes de gestión de Vanoli al frente del BCRA, vale la pena hacer un análisis de los desafíos a enfrentar y de la filosofía económica y monetaria con la cual el titular de la autoridad monetaria encarará dichos desafíos.
A diferencia de lo sucedido con su antecesor, Vanoli hereda una política monetaria “prolija” que lo exime de asumir costos de terceros. En este sentido, el punto a resaltar es que Fábrega
no hizo política expansiva. La base monetaria creció un 1.4% (+$5.119 millones) en los primeros nueve meses del año, es decir 5 veces menos que la tasa de expansión del mismo período del año anterior cuando había crecido a un ritmo de 7% (+$20.082 MM).
Más allá de la herencia recibida, Vanoli deberá enfrentar desafíos complicados, entre los que se destacan:
- Expectativas de devaluación.
- Sectores que hacen hincapié en un virtual retraso cambiario.
- Elevados vencimientos de deuda en dólares (vencimientos por usd14.000 MM) y fuertes necesidades de emisión (señoreaje de $280.000 MM en 2015 en un marco de default selectivo (USD 14.000 mm).
- Inflación y expectativas de inflación en alza.
- Caída de la demanda de dinero.
En este marco, es importante conocer el pensamiento del nuevo presidente del BCRA para intentar anticipar tanto sus potenciales movimientos de política, así como sus probables resultados en materia monetaria, inflacionaria y cambiaria.
EXPECTATIVAS DE DEVALUACIÓN
Según el Presidente del Central los problemas cambiarios no responden a fenómenos monetarios, sino que surgen a partir de los intereses económicos de los sectores concentrados. Más específicamente, emergen del sector bancario y de los exportadores, que desafiaron el poder de la autoridad monetaria. Según su visión, los bancos fijaron un tipo de cambio de referencia superior al oficial, mientras que los exportadores retrasaron sus liquidaciones con el propósito de debilitar al gobierno e incrementar sus ingresos (en pesos) futuros con una devaluación.
En otras palabras, el presidente del BCRA no considera que la emisión monetaria tenga relación alguna con las presiones cambiarias, por lo tanto no habría que esperar que la solución o moderación de los problemas cambiarios provenga de un giro hacia una mayor prudencia monetaria.
Por el contrario, para Vanoli la “solución” de los problemas cambiarios pasa por desalentar las expectativas de devaluación mediante mayor control e intervención.
Acertadamente, el nuevo presidente del BCRA se da cuenta que las expectativas son muy importantes en materia de tipo de cambio e inflación, pero sin detenerse a analizar su mecanismo de formación.
Durante los últimos años el público realizó un curso acelerado del cepo y cambió su mecanismo de formación de expectativas de inflación, pasando de un modelo de expectativas adaptativas (mirando la inflación pasada) a un modelo de expectativas racionales (fundamentos económicos). A la hora de prever la devaluación futura, los agentes económicos comienzan a tener en cuenta el impacto monetario del déficit fiscal, la resultante cantidad de pesos y las reservas del BCRA.
Teniendo en cuenta que el actual mecanismo de formación de expectativas es racional, las expectativas de inflación y de devaluación disminuirán si y sólo si se reduce el déficit fiscal, se
desacelera la emisión monetaria, se detiene la pérdida de reservas y se mejora la relación pesos/dólares en la economía.
Dado que el presidente del BCRA desconoce que las expectativas de devaluación (inflación) emergen del exceso de emisión monetaria y considerando que las intentará amortiguar con más controles, lo más probable es que las presiones en el mercado cambiario vayan en aumento durante los próximos meses.
DÓLAR ANCLA
La primera consecuencia de este punto vista es clara: el BCRA intentará seguir utilizando al dólar cuasi fijo como ancla anti inflacionaria, manteniendo el aumento del tipo de cambio nominal
oficial bien por detrás de la inflación.
El peso probablemente se devalúe y el dólar se encarezca en el corto plazo. Sin embargo, el tipo de cambio real subirá sólo unos pocos meses. La devaluación se trasladará rápidamente a inflación y el tipo de cambio real volverá a caer por debajo del nivel previo a
la devaluación. El tipo de cambio real de nuestro país se seguirá acercando a los de la región
Mirando la foto actual y haciendo un análisis comparativo contra los restantes países