Las empresas que lideran están rediseñando el trabajo, integrando activamente la inteligencia artificial y ajustando roles para que las personas desarrollen habilidades que agreguen valor.
Las empresas enfrentan hoy un escenario desafiante. CEOs y CFOs identifican como principales riesgos para el crecimiento la necesidad urgente del reskilling y upskilling de la fuerza laboral frente a la fluctuación permanente de la demanda, el impacto creciente de la economía de la longevidad, la inestabilidad geopolítica y las transformaciones tecnológicas propias y de sus clientes. En este contexto, la agenda de liderazgo se centra hoy en los fundamentos del negocio y la productividad.
Abordar este desafío con éxito implica explorar nuevas vías de crecimiento. Esto implica acompañar las transformaciones con un enfoque en habilidades y experiencia y adaptar la gestión del talento a la economía de la longevidad.
Hay cuatro claves para que las empresas puedan abordar estos desafíos con éxito. La primera es impulsar la productividad centrada en las personas, integrando tecnología con un rediseño del trabajo. La segunda es fortalecer la confianza y la equidad. La tercera, desarrollar resiliencia organizacional, y la cuarta, fomentar una cultura digital que facilite la adaptación tecnológica. Pero si bien muchas empresas trabajan en confianza y equidad, la productividad y la cultura digital siguen siendo poco atendidas.
Para impulsar la productividad es importante repensar cómo se diseñan los roles y las habilidades en un contexto de IA generativa, automatización y mercados de talento dinámicos.
Hoy en día, solo el 21% de las organizaciones cuenta con la agilidad de talento necesaria para cumplir su agenda de crecimiento. La escasa actualización de habilidades para adaptarse a las demandas en evolución es la principal amenaza para el crecimiento empresarial.
REIMAGINAR HABILIDADES
En contraste, las empresas que lideran están rediseñando el trabajo, integrando activamente la inteligencia artificial y ajustando roles para que las personas desarrollen habilidades que agreguen valor. Escuchar y entender la experiencia de los colaboradores es clave para definir esas habilidades y orientar la estrategia de upskilling. Así, el 96% de las organizaciones líderes que marcan el camino lo hacen construyendo organizaciones impulsadas por habilidades. Reimaginar esas habilidades está generando beneficios clave como un aumento de la productividad, una mejor movilidad del talento entre departamentos, experiencias de desarrollo más relevantes para los empleados y un mayor engagement de los colaboradores.
Y esto se refleja también en términos de cultura digital, el gran riesgo aquí es la baja adopción de la tecnología disponible. Si bien el presupuesto suele ser una barrera, las principales dificultades para las empresas líderes son la falta de habilidades necesarias y el cambio de mindset hacia un enfoque más centrado en las personas.
En definitiva, el mensaje que arrojan los estudios de cultura organizacional es muy concreto: para aprovechar al máximo la tecnología, es fundamental equilibrar la innovación con el factor humano, liberar el talento y permitir que lidere el proceso.
