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Hay dos universos muy nítidos: El de la esperanza y el de la tristeza

JORGE GIACOBBE, consultor, director de Giacobbe & Asociados

Qué consecuencias cabe esperar de los resultados de las elecciones. Conserva Milei el crédito y la expectativa que supo despertar en buena parte de la sociedad. Cuál será el rol de Cristina en el futuro. Hay perspectivas de renovación en el peronismo. Todos los temas más relevantes del
momento político en una entrevista a fondo.


CLAVES: JORGE GIACOBBE DIXIT

♠  “En las elecciones nacionales no está pasando nada diferente a cuatro años atrás: los contendores están separados por diez puntos: 40 a 30”.

♣  “El 33 por ciento de los encuestados dice que Cristina es inocente. Ahora, esa misma gente no cree que Cristina sea la pieza del futuro para plantarse frente a Milei”.

♥  “Yo tengo dudas de que haya un “triángulo de hierro”, me parece que hay una dupla. Javier y Karina no son dos personas distintas, son dos hemisferios del mismo cerebro”.

♦  “No creo que que el fenómeno del ausentismo sea el disgusto con la política, porque cuando los argentinos se ponen una bomba. Esto es apatía”.


Es uno de los consultores de opinión pública más conocidos por su frecuente actuación en los medios, en especial los televisivos, donde hace gala de una elocuencia florida y afianzada en
precisos datos estadísticos. Pero además, posee una mirada muy aguda como analista político,
todo lo cual hace muy atractiva su opinión. En una entrevista con Prensa Económica, Jorge
Giacobbe repasó todos los temas de mayor interés en la coyuntura política actual.

PE: ¿Qué puede cambiar con las elecciones en la provincia de Buenos Aires?
JG: Ya estamos sobre las elecciones de la provincia y al día de hoy los datos indican que hay dos
fuerzas que están muy parejas. Cualquiera sea el resultado, lo que ya podemos concluir es que La
Libertad Avanza está en capacidad de ocupar el rol que hace cuatro años ocupaba Juntos por el
Cambio y para entender que dentro del público panliberal de la Argentina hubo un reemplazo, es
decir, la herramienta en contra del kirchnerismo antes era amarillo, y ahora es violeta. Y la verdad,
es que tampoco importa demasiado el resultado exacto, porque en definitiva la distribución de
bancas no va a cambiar mucho.

PE; Ahora, en las elecciones de octubre, ¿es otro panorama, ahí el oficialismo puede fortalecerse mucho?
JG: Creo que el oficialismo va a estar bastante mejor en octubre que en septiembre. ¿Por qué?
Porque para octubre los números indican una diferencia sustancial para La Libertad Avanza a nivel
nacional. Probablemente, en la provincia, la elección se repita, es decir, la diferencia puede ser
entre un punto y medio a tres. Pero en lo nacional, La Libertad Avanza está en capacidad de hacer el rol de Juntos por el Cambio en el pasado, es decir, cercano a los 40 puntos y el kirchnerismo logrando lo mismo que hace cuatro años, que es un poquito más de 30 puntos. No está pasando nada muy diferente a cuatro años atrás. Lo que pasa es que la camiseta de uno de los contendores es diferente, ahora es violeta cuando antes era amarilla.Claro, los clientes son más o menos los mismos, están repartidos más o menos igual…Esa es una buena definición. Los clientes son los mismos y una parte compra otro producto.

LOS DOS UNIVERSOS

PE: Ahora, el Gobierno sigue conservando bastante crédito y expectativa, a pesar de cierto
desgaste… ¿Cómo lo analizas?
JG: Tenemos un Milei que respecto del mes pasado cayó cuatro puntos. Pero también vemos un Milei que en el comportamiento histórico de la imagen, se muestra estable. Ahora, hay como dos
rangos de estabilidad distintos. El del primer año, que es una estabilidad que se manejaba entre 45
y 55 puntos de imagen positiva. Y ahora, la estabilidad es entre 45 y 50. Como si hubiera bajado
un poquito el techo. Y desde ahí yo digo: me parece que hay un desgaste que hace que la banda
donde se mueve sea más cortita. Ahora, ¿estos números los ponen en riesgo? No, para nada.
Tampoco es que la gente ande feliz por la calle. Entonces, yo intento una aproximación con la
nube de palabras, donde le pido a la gente que defina la emoción que le produce la Argentina en
una sola palabra. Y ahí surgen los dos universos claramente configurados, el de la “esperanza” y el
de la “tristeza”. Se observa entonces que los que bancan a Milei están aferrados a una esperanza. Una esperanza es una espera, no es un festejo. Y el riesgo de Milei no es cuántos diputados o senadores puedan sacar, sino que esa esperanza de un momento a otro se convierta en ansiedad.

PE: ¿Eso tiene visos de estar ocurriendo?
JG: Hoy no está pasando. Pero se está empezando a ver rayones. Yo le pido a la gente que califique la gestión de Milei de uno a diez, como en el colegio. Las calificaciones de reprobación, de uno a cuatro, no se mueven, siempre suman lo mismo. Mientras que en las calificaciones de aprobación, de siete a diez, sí se notan movimientos. Y son a la baja, uno o dos puntos.
Ahora, todas esas personas siguen teniendo imagen positiva de él. Entonces, hay cierto desgaste
que es por goteo. Por eso yo lo describo como rayones en vez de como quiebres. La conclusión es
que se empieza a resquebrajar el proceso de idealización de Milei en algunos sectores.

EL PERONISMO Y SU FUTURO

PE: Con respecto al peronismo, ¿cómo quedaría posicionado si pierde las elecciones, en especial el cristinismo?

JG: Quedaría igual que en todas las elecciones que han perdido, porque de todas las elecciones
legislativas, desde el advenimiento del kirchnerismo del 2003 hasta ahora, ellos ganaron una sola.
Así que lo común es que pierdan. Es probable que tengan que buscar algún tipo de renovación en
su liderazgo, pero lo cierto es que tienen una cuota muy grande de mercado para representar. 35
por ciento de la gente tiene un vínculo con Cristina que es muy fuerte. Y viendo el 2023 hay que
recordar que 45% de los votantes eligieron apoyar a Massa antes que votar a Milei. Ese porcentaje
estuvo a cinco puntos de ganar en la segunda vuelta. Es porque el núcleo de gente refractaria al
liberalismo, que cree que donde hay una necesidad tiene que venir alguien a subsanarla, existe.
No importa los nombres que los representen, pueden ir cambiando, pero la porción de mercado
que tienen es mucho.

PE: El PRO, subsumido en La Libertad Avanza, ¿tiende a desaparecer?
JG: El peronismo –la lista 2- y el radicalismo –la lista 3-, no presentan candidatos a presidente desde hace 25 años. Y seguimos hablando de ellos como si existieran. Es que en un momento quedaron como socios minoritarios de las fuerzas de la posmodernidad política argentina el PRO y el kirchnerismo. Pero en otro momento, el PRO se pone viejo frente al reemplazo tecnológico que
supone para ellos La Libertad Avanza. Entonces el diálogo entre ellos es el que puede tener una
máquina Remington con una laptop. La máquina Remington quiere que se le reconozca que en
algún momento fue muy importante para desempeñar la misma tarea. Y la laptop la desconoce, la
mira de arriba y la reemplaza.

PE: ¿Cómo ves el rol futuro de Cristina?
JG: A mi, el 33 por ciento de los encuestados me dice que Cristina es inocente. Ahora bien, esa misma gente cree que Cristina no es la pieza para el futuro y para plantarse frente a Milei. Todo el arco del progresismo está en un problema, porque necesita un candidato con potencia para el futuro. Cristina es habilidosa a la hora de construir candidaturas, pero es castradora al momento de
construir liderazgos. El espacio necesita un líder fuerte que pueda representarlo en los próximos
diez años y ella no lo permite. Lo mismo pasó con Macri y ahora los hermanos Milei están
matando a todo lo que no se parece a ellos. La tragedia de la política argentina es que no permite
la construcción de nuevos liderazgos.

TRIÁNGULO O DUPLA

PE: ¿Qué pasa con la interna del oficialismo, los encontronazos dentro del “triángulo de hierro”?

JG: Yo tengo dudas de que haya un “triángulo de hierro”, me parece que hay una dupla. Javier y
Karina no son dos personas distintas, son dos hemisferios del mismo cerebro. En sus vivencias
personales ellos se han fusionado para su supervivencia. No es una alianza política. Es un vínculo
más fuerte incluso que Néstor y Cristina. Entonces, cualquier tercero no tiene el rango que tienen
ellos dos entre sí. Puede haber terceros muy importantes, Santiago Caputo lo ha sido, veremos
con cuánta intensidad lo seguirá siendo. Patricia Bullrich también, porque la gente valora la
seguridad tanto como la lucha contra la inflación. Pero nunca va a haber un tercer hermano.

PE: ¿Qué importancia política puede adquirir la nueva “liga de gobernadores” que apareció
últimamente?

JG: Hoy por hoy es un conjunto de políticos que tienen su capital local, que lo va a jugar para que en sus provincias se rompa la polarización en sus jurisdicciones. Entre todas las provincias que
gobiernan juntan el 25 por ciento del electorado nacional, ni siquiera equivalen a la provincia de
Buenos Aires. Ellos no se van a presentar a las elecciones nacionales. Siendo que en ese plano por
ahora la jugada es simbólica, más bien piensan en 2027, porque creen que en ese momento
alguno de los dos polos estará en una crisis. Y la mira la tienen puesta en el kirchnerismo y en
Cristina.

PE: ¿A qué se debe el ausentismo que se está registrando en las elecciones?

JG: No creo que sea el disgusto con la política, porque cuando los argentinos se disgustan ponen una bomba. Esto es apatía. Y esto es así porque estamos viendo que la baja participación se da en
elecciones que son de sub-gobernador. Y los argentinos creemos que el poder lo tiene el
presidente y –en alguna medida- los gobernadores. Y todo lo que hay por abajo es cotillón.
Entonces cuesta más en estos casos motivarse para ir a votar.

LA GRIETA ETERNA

PE: ¿Estamos condenados a seguir con la grieta o en algún momento se podrá confluir en acuerdos sobre políticas de estado?

JG: Esta forma dicotómica de pensar la realidad está lejos de ser un fenómeno argentino. Es un
fenómeno de la mayoría de los países y en todos los tiempos. Las identidades políticas se
construyen en términos dicotómicos. Entonces en una de esas vamos a seguir en la grieta, quizás
en algún momento en una polarización distinta. Estos reordenamientos se pueden ver desde una
visión psicológica: los polos se agrupan entre aquellos que añoran un rol materno, que son los que
buscan alguien que reconozca sus carencias, su dolor y que va a correr en su auxilio y lo va a
proteger. Y el otro polo es el que adhiere más bien a la función paterna, que es el que viene a
imponer orden y a propiciar algo que da mucho miedo, que es valerse por sí mismo. Esas dos cosas son permanentes, más allá de que cambien las camisetas, los colores y las caras.
Lo grave es que en Argentina la polarización conduce a pendularidades extremas…
Claro, ahí está el drama. En Estados Unidos también hay brecha, pero es como una discusión
entre si ir a Mar del Plata por la ruta 2 o la 36. En cambio acá es entre ir a la Quiaca o a Tierra del
Fuego. Y como vamos un rato para un lado y después para el otro, estamos siempre en el mismo
lugar. Y después está la labilidad de la discusión política en Argentina. Si fuéramos gente más seria, que una parte creyera simplemente que el estado tiene que ser más grande y otro más chico, la discusión tendría otro tono más allá de que subsistiera la brecha. Pero somos tan inmaduros, que
tenemos que convertir todo en una lucha entre buenos y malos, entre salvadores y destructores,
entre sensibles y crueles.

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Written by Redacción

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