NACER EN ARGENTINA
Las bombas de estruendo, los gritos, el tronar de los bombos, apagaban por momentos el repiqueteo de las teclas de las máquinas de escribir. En un caserón antiguo de la calle San Martín, casi Paraguay estaba naciendo Prensa Económica. Y a pocas cuadras de allí, una multitud enardecida marchaba hacia Plaza de Mayo, para hacerle sentir a los habitantes de la Casa Rosada, Isabel Perón y “el brujo” López Rega, que los sindicatos no se iban a quedar de brazos cruzados ante la mega devaluación y el tremendo ajuste en marcha: era el “Rodrigazo”. Sí, la salida de Prensa Económica coincidió con uno de los mayores terremotos económicos, sociales y políticos del último medio siglo. Al punto que el número 1 de la publicación –por entonces un tabloide, apareció ilustrado con un retrato del ejecutor de ese “ajustazo”, el ministro de Economía Celestino Rodrigo. En el dibujo, el ministro aparecía encerrado dentro de un sifón de soda. La alegoría resultaba críptica para algunos, otros entendían que aludía al escaso margen de maniobra del funcionario e inclusive no faltó el humorista que acotó: “está clarísimo, si apretás sale el chorro…”.
Fue un bautismo de fuego para el nuevo medio y un desafío periodístico para sus directores, José Daniel “Pepe” Speroni y José Luis “El Vasco” Elorriaga, quienes se encargaban de analizar la coyuntura económica el primero y política el segundo. Ambos fundadores se habían conocido trabajando en el semanario “El Economista”. Speroni tenía mayor formación económica, mientras que el “Vasco” era un personaje irrepetible, intenso, emotivo, culto, bromista temible y siempre creativo. A su inspiración se debió todo el proyecto inicial de Prensa Económica. La consigna era “hacer un periodismo serio y riguroso, que aportara información concreta y útil en cada edición, con apego religioso a los datos”. El diseño gráfico debía ser deliberadamente antiguo, con una tipografía barroca en los títulos de las secciones, enmarcados en cenefas o gruesos filetes ornamentales. No había fotos, sino retratos a pluma de todos los personajes que aparecían. El afán por la coherencia estilística de Elorriaga, llegaba a la exageración de que también el edificio, la redacción, los muebles y hasta las máquinas de escribir debían ser antiguas. Un adelantado del fenómeno “vintage” actual.

PROPUESTA INNOVADORA
En contraste, el contenido periodístico aportaba algo absolutamente inédito en América Latina. Debe tenerse en cuenta que en aquella época, año 1975, era mínimo el periodismo económico que existía en el país y aún menor en la región. Los diarios de gran tirada apenas reflejaban el movimiento cotidiano de los mercados y poco más. El periodismo de negocios no existía y hasta estaba mal visto. El INDEC publicaba sus cifras con un atraso que llegaba a veces a casi un año. Tampoco estaba FIEL, ni las consultoras que hoy publican sus informes y pronósticos. Los economistas no aparecían en la televisión y pocos conocían el nombre de alguno.
Cuando aparece un nuevo medio siempre se dice que “viene a llenar un vacío”. En el caso de Prensa Económica este aserto fue una realidad indiscutible. Aportar datos concretos y numéricos, obtenidos en fuentes directas, de empresas, cámaras, mercados de valores o secretarías, era la misión principal de los colaboradores. Cada sector de la economía tenía su responsable, encargado de obtener tal información removiendo cielo y tierra. De este modo, en cada edición se brindaba un informe detallado de lo que había ocurrido en el último mes en cada uno de los sectores, incluyendo cifras de producción en el caso de los industriales. Y algo no menos importante; en cada sector se incluía un recuadro con las Tendencias, que anticipaba lo que iba a ocurrir en el mes siguiente. Todo esto en forma sistemática.
De forma tal que recibir un ejemplar de Prensa Económica equivalía a tener a mano toda la información detallada y con datos concretos de lo que ocurría en la economía, sector por sector. Algún especialista llegó a opinar que era tan completo y ambicioso el objetivo de la publicación que “resulta casi excesivo para lo que es la economía argentina”.
Además de los directores, la estricta fidelidad a los principios liminares del medio, era custodiada por el jefe de redacción, Daniel Della Costa, un experimentado periodista con trayectoria en varios medios gráficos y por un muy joven secretario de redacción, Jorge Amorín. Tiempo después se sumaría como redactor permanente Fernando Abeledo, quien con el correr de los años sería co-director de Prensa Económica, hasta su fallecimiento.


TRANSFORMACIONES
El transcurso de las décadas trajo cambios en la economía, en la información, en los medios periodísticos. Prensa Económica también evolucionó, fue semanario papel durante años y un día adquirió el formato revista. A comienzos de los 90´ agregó más información de negocios, y se anticipó a las tendencias con suplementos mensuales (revistas) de Tecnología (Bit Bang), Medio Ambiente (impreso en papel reciclable), mercado de capitales (Capital Markets) con información exclusiva de todas las operaciones lanzadas por empresas, bancos y estado. Publicó durante dos décadas ediciones en inglés para su dar a conocer a Argentina en el mundo, especialmente en las asambleas anuales del BID y el FMI. Desde el primer año incorporó el Ranking de las 1000 Empresas que más Venden, que se convirtió en un verdadero clásico. Años después pudo agregar el Ranking de las 1000 Empresas que más Exportan, que hasta el día de hoy sigue siendo el único que se publica en Argentina, así como el Ranking Total de Prestigio Empresario, bajo la dirección técnica del consultor y precursor en Argentina de la neurociencia aplicada Néstor Braidot. Prensa Económica también instituyó los Premios a la Exportación Argentina, logrando que fuera auspiciado y declarado de interés público por el Estado y apoyado por todos los gobiernos democráticos, a través de los ministerios de Economía y Relaciones Exteriores de la Nación y del que lleva realizadas 37 ediciones anuales. Asimismo organizó cientos de seminarios y conferencias (summits) sobre temas puntuales de interés para empresas y directivos.


EL LEGADO CONTINÚA
En el 2000 otra camada de periodistas relevó a los jóvenes “veteranos”. Uno de ellos venía de Torino, Italia, y sacaba ideas como conejos de una galera. Tenían una nueva agenda que parecía impropia de una revista de negocios. Pero como siempre, apostamos al cambio. Así, ese jóven escritor trajo nuevos aires y proyectos que continúan al día de hoy, como los suplementos especiales de Responsabilidad Social de las empresas, el tema de la equidad de género, aún fuera de la agenda pública, con Mujeres Líderes, la Innovación, Marketing, y muchos otros que nos posicionaron en el siglo XXI.
En fin, sería demasiado largo enumerar todos los aportes realizados por Prensa Económica a lo largo de estos cincuenta años, en los que debió testimoniar y superar hiperinflaciones, estallidos sociales, grandes devaluaciones, corralito, un golpe de estado y una guerra. Pero en todo este largo transcurso, que abarca desde la máquina de escribir hasta la inteligencia artificial, hay sólo dos legados que nos definen en escencia. Por supuesto el primero nos llena de orgullo y es ver como la revista ha sido un semillero de grandes profesionales de la televisión, radio, gráfica, publicidad, comunicación, muchos en los más altos puestos o en los prime time televisivos. Olvidarse de alguno o alguna sería un pecado, pero sin dudas ellos (junto con los “viejos” de 30 y pico) fueron los que lograron que Prensa Económica siguiera siendo periodística y no cayera en ninguna moda o vicio de la época, para llegar a los 50 años.
Tampoco cambió la impronta inicial de Prensa Económica: un medio siempre independiente, aunque costara y mucho, y un periodismo objetivo, serio, riguroso, esclavo de los datos que difunde, defensor de la iniciativa privada, del gran Interior productivo y sus familias, de los que arriesgan en el país y de quienes llevan producción y servicios argentinos al exterior. Hoy parece un discurso político para la juventud, pero hasta hace pocos años, todas estas causas eran malas palabras (sobre todo en Argentina) y los éxitos privados no eran aplaudidos, sino mirados con sospecha por la gente y hasta perjudicados por el Estado.
Hoy Prensa Económica continúa ese legado “rebelde” y riguroso, adaptándolo como siempre a los tiempos, con nuevos formatos que comienzan en este 50 Aniversario que amplíaran su alcance y nuevos proyectos en ciernes, a cargo de nuevas generaciones con los mismos valores, con plena conciencia que el periodismo y la comunicación en general –así como todas las actividades- se encuentran en plena transición hacia modelos y formas que aún no conocemos del todo. Pero tengan seguro que mientras haya un medio para comunicar, allí estaremos. Han sido cinco décadas apasionantes, pero siempre nos convocan nuevos desafíos y hacia allá vamos.
JORGE AMORÍN