El Presidente reconoce en privado que le prohíben los discursos largos. La oposición ya pide que use la cadena nacional. El “modelo Ballena”
Por Ignacio Fidanza- La Política Online
“Hablás poco, explicás poco”, diagnosticó a Mauricio Macri un amigo a quien el presidente consulta con frecuencia.
“Sí, Marcos (Peña) me pide que hable poco y conciso, no más de 4 ó 5 minutos”, admitió Macri a su interlocutor, amigo histórico de su familia. Y no es el único que detectó la escasez y brevedad de los discursos del presidente tras los primeros dos meses de su mandato.
“Macri debería hablar más, salir en cadena y explicar cosas“, advirtió Felipe Solá la semana pasada.
La comunicación del presidente, como él mismo le admitió a su amigo, la monopoliza Marcos Peña, quien no sólo montó una estructura para monitorear el discurso de todo el gobierno y el partido, sino que decide qué puede decir Macri y a través de qué medio.
Luego de que Cristina Kirchner desvirtuara la cadena nacional con un uso prácticamente semanal, Peña le tiene prohibida la herramienta. Macri “habla” entonces por escrito, mayormente a través de Facebook y Twitter, en donde el riesgo de equivocarse se reduce a la mínima expresión.
Otras variantes que comenzó a manejar Peña son columnas enviadas a los diarios, en el que el riesgo del error también está inspeccionado. En ese sentido, hoy publicó una columna en Diario Popular para hablar de la inflación, tras la crisis por la salida de Gabriela Bevacqua, y la semana pasada envió una carta a La Gaceta de Tucumán, para celebrar el aumento del corte de bioetanol en los combustibles líquidos.
En esas publicaciones, Macri evita referirse a la herencia que recibió del kirchnerismo, una sugerencia que le hizo el propio Peña. Jaime Durán Barba admitió que él mismo le recomienda a Macri “no hablar de la herencia“. “Un Presidente no debe dedicar ni un día a revolver en los basureros“, indicó el asesor ecuatoriano a canal Metro.
Durán Barba en “La Hora de Maquiavelo”
El “modelo ballena” (por el billete con ese animal que sacará el Gobierno, evitando próceres del pasado) de Marcos Peña también lo amplió a los ministros. La consigna es clara: no se habla del pasado. Les pidió que en sus discursos hablen sólo del futuro, evitando el revisionismo histórico y la herencia kirchnerista.
En las reuniones en las que define la estrategia comunicacional del Gobierno, el jefe de gabinete planteó que la nueva administración debe referirse únicamente al futuro, diferenciándose del “relato” kirchnerista que chapotea alegre en el pantano de las discusiones sobre el pasado.
En ese sentido, para simplificar la orden, Peña pidió a los funcionarios que eviten los vocablos con el prefijo “re”, como reivindicar, restaurar, rememorar o reconstruir.
El dictamen responde a lo que en el PRO ya llaman el “modelo ballena”, en referencia a los nuevos billetes que anunció el Banco Central, que eliminaron la figura de próceres como San Martín, Belgrano y Sarmiento para reemplazarlos por cetáceos, yaguaretés y guanacos.
“La idea es que es mejor hablar de un animal que querer imponer un prócer”, explicaron a LPO en el Gobierno y detallaron que el pedido también incluye terminar con el debate de la conveniencia de destruir bustos o cambiar el nombre de algunos edificios.
Peña debió esforzarse para imponer este mismo modelo durante la campaña presidencial de Mauricio Macri, cuando los dirigentes del PRO querían confrontar a toda costa con el kirchnerismo y el entonces jefe de campaña se los prohibía.