El precio promedio para una tarjeta de crédito o débito varía entre US$ 5 y US$ 30 en EEUU; US$ 20 a US$ 35 en el Reino Unido; US$ 20 a US$ 40 en Canadá; US$ 21 a US$ 40 en Australia y entre US$ 25 y US$ 45 en la Unión Europea.
Los datos surgen de una investigación de Intel Security que examina los precios en mercados cibercriminales que comercializan información robada de, además de tarjetas de débito y crédito, credenciales de acceso a cuentas bancarias, servicios de pagos online, entre otros.
Por ejemplo, un “log-in” de una cuenta bancaria con un saldo de US$ 2.200 se vende a US$ 190.
Como todo mercado, los precios varían dependiendo el lugar. Si se trata de robo de credenciales de acceso bancario más la transferencia de los fondos a una cuenta en EEUU cuesta US$ 500 para un saldo de US$ 6.000 y US$ 1.200 para girar los US$ 20.000 robados. Una transacción similar pero transfiriendo al Reino Unido puede valer entre US$ 700 por US$ 10.000 robados o US$ 900 para transferir una cuenta hackeada de US$ 16.000.
En el caso de cuentas de pagos online se paga entre US$ 20 y US$ 50 para los datos de acceso de cuentas de entre US$ 400 y US$ 1.000
Si el rango de saldos para la cuenta de pagos es superior -entre US$ 5.000 y US$ 8.000- los datos robados cotizan entre US$ 200 y US$ 300.
El estudio, denominado “The Hidden Data Economy” ofrece ejemplos de diferentes paquetes de datos robados. En épocas de computación en la nube, la investigación catalogó este tipo de ofertas como “cibercrimen como un servicio”.
Precios de comercialización de datos robados
Fuente: Intel Security
“Como cualquier economía no regulada eficiente, el ecosistema de la ciberdelincuencia ha evolucionado rápidamente para ofrecer herramientas y servicios a cualquier persona que aspire a la conducta criminal”, dijo Raj Samani, director de tecnología de Intel Security EMEA. El mercado de “ciberdelincuencia-as-a-service” ha sido un factor clave de la explosión en el tamaño, la frecuencia y severidad de los ataques informáticos, reveló el especialista. Lo mismo sucede con la proliferación de modelos de negocio establecidos para vender los datos robados.
El log-in robado a contenidos premium también se comercializa en Internet. Los datos para acceder a un servicio tipo Netflix pueden costar entre US$ 0,55 y US$ 1, para un servicio de streaming de un canal de cable se paga en promedio US$ 7,50 y por acceso a eventos deportivos US$ 15.