“Todos los planes de estabilización llevan a un atraso inicial del tipo de cambio” afirma Marcelo Elizondo, uno de los más destacados especialistas en negocios internacionales, que ha ocupado cargos públicos y  tiene una amplia trayectoria como consultor.  Para Elizondo, lograr competitividad en las exportaciones argentinas no está vinculado con el tipo de cambio, sino con reformas estructurales y con mejorar la oferta productiva del país para los mercados externos.

(Exctracto de la entrevista que saldrá en la Edición Julio de Prensa Económica)

–    PE: El gobierno ha adoptado nuevas medidas cambiarias, desregulatorias y de apertura comercial. ¿Cómo están incidiendo en el comercio externo local?

–    ME: Después de mucho tiempo de ser una de las economías más cerradas del mundo, el actual gobierno está adoptando medidas que apuntan a favorecer el comercio internacional: eliminar el impuesto PAIS, ha dispuesto que ya no se pueden prohibir las importaciones y las exportaciones, ha estabilizado la situación cambiaria, las desregulaciones agilizan el comercio internacional y se genera un marco de relacionamiento internacional un poco más favorable. Lo que se requiere ahora es que Argentina mejore su oferta exportable, porque el problema del país en este tema no es que haya falta de mercados, sino la deficiente producción para la exportación: falta volumen en la oferta exportable, es necesario aumentar la productividad y asegurar la calidad de esa oferta para lograr que Argentina logre los resultados comerciales necesarios, que no tiene desde hace décadas.

–  PE: El tipo de cambio está estable, pero muchas compañías entienden que es bajo y así pierden competitividad, mientras las importaciones crecen muy por encima de las ventas externas. ¿Qué opina de esta situación?

–  ME: Las importaciones están creciendo en forma natural. Argentina tiene niveles de importación bajísimos, el año pasado además se redujeron de manera exagerada. Si uno mira el ratio importaciones/PBI, Argentina está entre los más bajos del mundo. Si queremos una  recuperación de la capacidad productiva, el país va a tener que importar más, porque las importaciones argentinas son básicamente alimento para la producción: bienes de capital, insumos, tecnología.

En cuanto a las dificultades para los exportadores por el tipo de cambio, veo que el gobierno se encuentra ante una disyuntiva: todos los planes de estabilización –especialmente este basado en lo monetario y fiscal- llevan a un atraso inicial del tipo de cambio.  Ahora si quisiéramos un tipo de cambio más adelantado, para que baje costos en dólares, ahí lo que perderíamos es la estabilización.  Y en este momento lo más importante es la estabilización.  Por eso es tan relevante que Argentina baje los costos de producción mediante reformas estructurales, en términos de baja de impuestos, más desregulación, mejor reparto de cargas fiscales entre Nación y las provincias, y que el gobierno continúe removiendo obstáculos  para el comercio, que hasta ahora viene haciendo exitosamente. Y de esta forma el país pueda mejorar su capacidad competitiva sin necesidad de medidas cambiarias.

Y por otro lado, siempre que se cambia de una economía cerrada, estatizada, intervencionista  a una economía abierta, más desregulada y basada en el mercado y la iniciativa privada, eso exige un cambio de modelo de negocios de parte de las empresas para ser más competitivas.

                   ¿Y LA INDUSTRIA?

–  PE:  Las perspectivas parecen muy buenas a mediano plazo tanto para el agro como para el petróleo y la minería. ¿Pero, qué pasará entonces con las exportaciones industriales?

–  ME: El crecimiento del agro, la minería y el petróleo va a ser muy importante para Argentina si se consolida la tendencia en la que estamos, sobre todo en términos de capacidad exportable del país. En lo referente a la actividad industrial, en muchos casos puede convertirse en exportadora indirecta, o sea en abastecedora de la minería, el agro o la energía y exportar a través de esos sectores. Es lo que puede ocurrir con la industria de insumos o de maquinaria para la producción. Según la OMC, el 45 por ciento de todas las exportaciones mundiales son exportaciones indirectas, o sea que se hacen a través de empresas que están más adelante en la cadena de valor y que son las que llevan el producto al exterior.

Por otro lado, hay sectores industriales en el país que con la estabilización e incluso con la apertura y la posibilidad de generar alianzas internacionales van a poder generar mucha capacidad productiva para el exterior. Por ejemplo el sector automotriz, que hoy es el rubro más internacional de la industria.  O sea que no hay tal dicotomía. Es cierto que crecerán más las exportaciones del agro, los hidrocarburos y los minerales, pero no veo por qué la industria debería dejar de exportar.