Las exportaciones de gas y petróleo superarán las estimaciones previas y podrán convertirse en la principal fuente de divisas del país. Inversiones multimillonarias, nuevas alianzas y una transformación tecnológica aumentarán la productividad. Los “baches” actuales en Vaca Muerta son pasajeros.
“Argentina tiene todo para ser una potencia energética. Tenemos los recursos, tenemos la tecnología, tenemos el equipo. Solo falta ejecutarlo”, afirma sin titubeos Horacio Marín, presidente y CEO de YPF desde fines de 2023. Su entusiasmo no es vacío: respalda cada declaración con cifras, mapas de ruta y acuerdos firmados.
Según las proyecciones más actualizadas de la compañía, las exportaciones combinadas de petróleo y gas natural licuado (GNL) podrían generar alrededor de 35.000 millones de dólares anuales a partir de 2031, una cifra que supera con creces los 30.000 millones que hasta hace poco se consideraban los más optimistas.
UN CAMBIO DE ESCALA Marín pone el foco en Vaca Muerta, la segunda mayor reserva de gas no convencional del mundo y la cuarta de petróleo. Hoy, su desarrollo representa la posibilidad real de convertir a Argentina en un actor energético global. En la actualidad, el país produce cerca de 650.000 barriles de petróleo diarios, y el objetivo oficial es alcanzar el millón de barriles por día en 2030. En gas, la meta también es ambiciosa: duplicar la producción actual, hoy cercana a los 140 millones de m³/día, y destinar un gran porcentaje al mercado externo.
“En dos años vamos a estar exportando 100 millones de metros cúbicos por día, lo que equivale a más de la mitad de la producción total actual del país”, asegura el CEO. Esa meta se logrará mediante el proyecto estrella de la petrolera estatal: Argentina LNG, una apuesta estratégica para instalar seis unidades flotantes de licuefacción en el Golfo San Matías (Río Negro), que permitirán procesar y exportar gas en forma líquida a gran escala. Cada barco producirá alrededor de 4,6 millones de toneladas de GNL por año (MTPA), totalizando 28 MTPA en conjunto. “Esa capacidad es equivalente a la de todas las plantas flotantes en operación en el mundo hoy”, subraya Marín, citando datos de la Unión Internacional del Gas (IGU).
El proyecto se divide en tres fases:
• Argentina LNG 1 (2027): se pondrá en marcha con la unidad flotante Hilli Episeyo, provista por Golar LNG y operada por Southern Energy, un consorcio integrado por Pan American Energy (30%), YPF (25%), Pampa Energía (20%), Harbour Energy (15%) y la propia Golar (10%).
Esta primera unidad tendrá una capacidad de producción de 2,45 MTPA, unos 11,5 millones de m³/día.
• Argentina LNG 2 (2029-2030): YPF trabajará como socio estratégico de Shell y otros tres grandes jugadores internacionales, aún no identificados. Esta etapa contempla la instalación de dos buques FLNG adicionales, la construcción de un gasoducto exclusivo y una inversión estimada de US$ 12.000 millones.
• Argentina LNG 3 (2028-2029): en paralelo, se sumará una tercera fase que añadirá 12 MTPA al proyecto. YPF ya inició acuerdos preliminares con Eni, la compañía energética italiana, para liderar esta expansión.

PROYECCIONES EN PETRÓLEO
Una de las claves técnicas del plan es que los proyectos de GNL se alimentarán de lo que se conoce como wet gas, es decir, gas asociado al petróleo que contiene líquidos valiosos como propano, butano, etano y gasolina natural. Estos componentes deben separarse antes de licuar el gas, pero lejos de ser un pasivo, representan una fuente adicional de ingresos.
“Solo por los líquidos que se extraen antes de licuar, podemos generar más de 5.000 millones de dólares al año en exportaciones. Son productos con fuerte demanda local e internacional”, explica Marín.
A la exportación de GNL se sumará el crecimiento constante de la producción y exportación de petróleo. Con nuevos oleoductos, terminales y acuerdos de transporte en marcha, Argentina podría exportar entre 12.000 y 15.000 millones US$ anuales en crudo para 2030, lo que combinado con el GNL llevaría el total exportable a superar ampliamente los US$ 30.000 millones anuales. “Eso es el equivalente al complejo agroexportador de la soja. Es una revolución para la balanza comercial del país”, sostiene Marín.
Hoy, Vaca Muerta representa más del 50% de la producción total de petróleo y gas no convencional del país, mientras que YPF lidera ese proceso con una participación dominante.
LOS BACHES DEL PRESENTE
El panorama no está exento de sobresaltos. En los últimos meses, se registró una caída del 30% en las etapas de fractura en Vaca Muerta y el despido de unos 1.200 operarios, según datos del sector. Marín relativiza el impacto: “Se trata de cinco rigs –equipos de perforación- que bajan. No es grave. Hay baches con socios internacionales, pero es algo esperable en cualquier mercado”. Obviamente los “baches” a los que se refiere el directivo tienen relación directa con la inestabilidad de los precios internacionales del petróleo, que han caído bastante este año, lo cual ralentiza las inversiones previstas y las operaciones de algunas compañías. No obstante, Marín considera que esta situación es pasajera y en lo que se refiere a YPF no reducirá en lo más mínimo su plan de expansión. Inclusive con un precio de 45 dólares –al momento de cerrar esta nota el precio estaba a 67 dólares- la operación de Vaca Muerta es rentable para la compañía”.
TECNOLOGÍA EN TIEMPO REAL
Uno de los ejes menos visibles, pero más transformadores, es el salto tecnológico de la petrolera bajo su gestión. “Hicimos un Real Time Intelligence Center para Vaca Muerta, que permite operar y supervisar en línea la perforación y la fractura desde nuestras oficinas en Puerto Madero”, relata.
YPF mide actualmente 35 millones de datos por día por cada equipo de perforación, con ayuda de inteligencia artificial aplicada a tiempo real, lo que le permite mejorar costos, prever fallas y optimizar recursos. En el downstream, el salto tecnológico también es notable. En la refinería de La Plata, el centro de control permite conocer en tiempo real la rentabilidad operativa de cada unidad. Y desde el 23 de junio de 2024, YPF inauguró un Centro Inteligente Comercial, desde el cual puede monitorear la demanda minuto a minuto de cada surtidor del país. “Hoy podemos saber si una estación de servicio está ganando o perdiendo dinero en tiempo real. Eso antes era impensable. Es productividad pura”, afirma el CEO.
LOS NÚMEROS DEL “BOOM” PETROLERO
35.000 millones USD ⇒ Exportaciones hidrocarburíferas estimadas para 2031
15.000 millones USD ⇒Exportaciones proyectadas de GNL hacia 2030
12.000 a 15.000 millones USD anuales ⇒Exportaciones proyectadas de petróleo
5.000 millones USD anuales ⇒Exportaciones por líquidos del gas (wet gas)
100 millones de m³/día (2027) ⇒Producción de gas para exportación (más de la mitad de la
producción actual del país) 1.000.000 barriles diarios (2030) ⇒Objetivo de producción de petróleo para 2030
650.000 barriles por día ⇒Producción actual de petróleo en el país + 50% ⇒Porcentaje de producción nacional que aporta Vaca Muerta 2027⇒ Año de inicio de exportaciones de GNL