Mauricio Macri tiene en su gira por España objetivos muy concretos: buscar inversiones, iniciar un acuerdo Mercosur-Unión Europea y posicionarse como referente en la región.
Luego de más de una década, Argentina volvió a estar en la agenda de España, con una de las visitas protocolares más largas que haya hecho un jefe de estado en España, casi 4 días. De hecho el país ibérico no ha recibido ninguna en dos años, fruto de la crisis político-económica, que parece mermar estos últimos meses. Por eso Macri, que en el frente interno la estaba pasando realmente mal, puede darse un baño de popularidad, con recepciones de honor del parlamento, el ejecutivo y los reyes, pero con objetivos más acuciantes.
Intereses comunes
En lo personal, y luego del giro a la derecha que viene produciéndose en Latinoamérica, Macri aspira a posicionarse en el liderazgo internacional. Mariano Rajoy, por su parte, busca hacer una cabeza de puente en Argentina, para lograr expandir los negocios de capitales españoles en la región, fortaleciendo nuevamente a España política y económicamente tras la larga crisis que ha padecido.
Por supuesto Rajoy también quiere su parte de liderazgo frente a sus pares de la UE, fomentando un puente entre Europa y Latinoamérica.
Conexión Mercosur–UE (vía Madrid)
Uno de los principales objetivos de este viaje a España es lograr concretar un acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur. Si bien esta posibilidad no cuenta con muchos adeptos dentro de la Unión (salvo los tradicionales aliados de Argentina: España e Italia), existe el antecedente cercano del acuerdo con Canadá. Es por eso que se planteará la necesidad de llegar a esta ligazón comercial con Europa con Mariano Rajoy como embajador de lujo de la propuesta. En esta negociación se verá la habilidad diplomática de Malcorra y de Cabrera, quién tuvo una reunión privada con su par Luis de Guindos, seguramente asegurando los beneficios que recibiría España si se lograra el acuerdo.
Inversiones
Si los ministros establecen una agenda económica, comercial y financiera bilateral, con grandes inversiones españolas en Argentina, seguramente deberá estar lejos, tanto de la desastrosa y agresiva política de Cristina Kirchner (Repsol), como de las demasiado “favorables” privatizaciones de Menem. En ambos casos quién terminó pagando las incongruencias, fue siempre Argentina.