El paquete de medidas fiscales recientemente anunciadas confirman que Hacienda optaría por no sobre-cumplir la meta fiscal 2016, comenta en un informe Economía & Regiones, la consultora fundada por Rogelio Frigerio.
Dentro de las medidas de gasto público anunciadas –dice E&R– tenemos el subsidio extraordinario de $500, la reducción del IVA, la extensión de asignaciones familiares para trabajadores temporarios, la incorporación de los monotributistas a la AUH, fondos a micro emprendimientos sociales, la ampliación del tope del monotributo social y la actualización del monto del subsidio al desempleo en el marco de la convocatoria al consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil.
El Presidente Mauricio Macri declaró que el costo fiscal de estas medidas superará los $30.000 millones. Si repasamos la lista de anuncios, sólo la reducción del IVA y la ampliación del tope del monotributo social son medidas que reducen la presión fiscal, mientras que las demás sólo están orientadas al incremento del gasto.
Esto no es todo, ya que no sólo se anunció mayor gasto social, sino también el comienzo (y reanudación) de proyectos de infraestructura.
se comienza a saldar la “deuda flotante”, heredada del gobierno anterior, por un total de $7.000 millones destinados a la reanudación de obra pública.
El Ministro de Producción, Francisco Cabrera, confirmó que dentro de aproximadamente dos meses, el Gobierno Nacional lanzará un importante plan de obras públicas centrado en infraestructura hídrica y vial, resaltando que el plan se lanzaba gracias al arreglo con los holdouts y la capacidad de tomar deuda “relativamente barata”.
Más concretamente, para la Provincia de Buenos Aires ya se anunciaron obras por un estimado de $150.000 millones para la extensión de la red de cloacas, construcción de autopistas, corredores de metrobus, obras ferroviarias y aeroportuarias.
Estos anuncios y medidas muestran a las claras que el único ajuste fiscal sigue siendo por el lado de subsidios a la energía. En otras palabras, el gasto público comienza a expandirse mientras que la presión tributaria se mantiene prácticamente inalterada.
Podemos decir, en virtud de lo expuesto, que el camino elegido por el Ministerio de Hacienda parece aclararse: está optando por cumplir la meta sin excedentes y utilizar el espacio otorgado por el ajuste en subsidios para financiar gasto social y de infraestructura.
En este sentido comenzamos a ver menos probabilidades de una reducción impositiva lo cual reafirma nuestro pronóstico de crecimiento negativo al condicionar el comportamiento del consumo, la única variable con espacio para traccionar la demanda en el corto plazo.