Prensa económica

EXPORTACIONES

Discurso de Jorge Amorin

Señores secretarios de estado, autoridades del banco Nación y del BICE, amigas y amigos.

Antes que nada, queremos pedir disculpas por el inconveniente de la obligada postergación del acto debido a una medida gremial del banco. Postergación por la cual muchos que habían confirmado su participación hoy no pudieron estar presentes.

De todos modos, aquí estamos, una vez más, como desde hace 28 años, convocados por un propósito común: destacar el rol de las exportaciones en la Argentina.

Debemos exaltar la necesidad del crecimiento de esta actividad y estimular los esfuerzos de quienes logran llevar su producción a los mercados del mundo, si queremos ser un país con industria, innovación y futuro.

Este es el año 40 de Prensa Económica, una ocasión para recordar a todos quienes hemos contribuido, de una u otra forma, a llevar adelante este esfuerzo de periodístico independiente y riguroso durante cuatro décadas.
Repasando también el largo camino de los Premios a la Exportación Argentina, recordamos como cada año nos ha encontrado en situaciones distintas: a veces esperanzados, a veces sumidos en la incertidumbre, cuando no francamente en la adversidad. Esta es una de esas ocasiones en las que no hay mucho para festejar.
Inclusive muchos nos preguntaron si este año se iba a realizar efectivamente la premiación. Pero en eso no hay dudas:

es en los momentos difíciles en los que más se justifica destacar y alentar a quienes persisten en el esfuerzo exportador.

Para quienes hemos promovido esta iniciativa, lo más valorable es, sin dudas, la posibilidad de conocer, año tras año, tantas historias de éxito empresarial, grande o pequeño, y sobre todo ver nacer sueños y esfuerzos, que luego se transforman en realizaciones de esas personas con vocación de emprender, con pasión por ampliar fronteras, por ganar un nuevo mercado para el trabajo argentino.

Hoy tendremos oportunidad de conocer y premiar a muchas de ellas. Habrá casos de éxito que representaron cientos y hasta miles de millones de dólares en exportaciones y otros, también de éxito a una escala mucho menor, pero con merecimientos iguales o superiores –si fuera posible “medir los méritos” en esfuerzos y luchas personales– en una actividad que no siempre depara más éxitos que sinsabores.
Pero además, son otros cientos y miles las historias anónimas, las que no están en los primeros puestos ni en la primera plana, pero que suman al objetivo de llevar la producción argentina a los mercados externos. Este es un objetivo de primordial importancia para el país.

Un pujante y expansivo sector exportador es una pieza imprescindible para el crecimiento sustentable de la economía, algo que alguna vez deberá adquirir el rango de una verdadera política de estado.

Por eso el desafío de la hora es mantener el esfuerzo para seguir compitiendo en situaciones no tan favorables o aun adversas. Claramente la de hoy es una de esas instancias cruciales. Nos acechan realidades desafiantes: la debilidad de la economía de los países emergentes, la caída de los precios de los commodities, las devaluaciones de nuestros vecinos, así como los problemas internos de competitividad y disponibilidad de divisas.

Como sociedad debemos reconocer a quienes persisten, con sacrificio, en llevar su producción al exterior. Estos ejemplos de superación deben ser conocidos e imitados. El premio a esos esfuerzos será conservar cuotas de mercado –que hoy se están perdiendo- pero que quizás en un futuro cercano, puedan traducirse en franca expansión.
Para esa hora debemos estar preparados, con una estructura productiva competitiva y con políticas encaminadas a facilitar y lograr la expansión de las exportaciones argentinas. Con mayor valor agregado, más diversificación y conquista de nuevos mercados.

Por supuesto también será necesario un marco general acorde, con variables macroeconómicas ordenadas, consenso social e integración internacional inteligente.

En vísperas de dar vuelta otra página de la historia, estamos en un momento propicio para intentar lo que es normal en el mundo: el fomento real del Estado a las exportaciones.
Tenemos las condiciones no sólo materiales, sino sobre todo humanas para lograrlo. Como siempre decimos:

el mejor dólar es el dólar ganado con trabajo y producción argentina.

Que este acto sirva como un estímulo más hacia ese objetivo.

Queremos agradecer hoy muy especialmente a las autoridades presentes por su deferencia y al Banco Nación por la colaboración que durante 28 años ha brindado para el buen éxito de esta iniciativa. Felicitaciones a los hoy galardonados. Llegue en la distinción que hoy les entregamos el reconocimiento a todos los exportadores argentinos. Y a todos los presentes, muchas gracias por acompañarnos una vez más. Gracias.