Paul Polman, director ejecutivo de Unilever, junto a ejecutivos de las mayores empresas del mundo y miembros de organizaciones sociales, solicitó a líderes mundiales llevar a cero el balance de emisiones de gases de efecto invernadero para 2050.
El objetivo es limitar el aumento de la temperatura media a dos grados centígrados por encima de los niveles previos a la Revolución Industrial, evitando consecuencias catastróficas provocadas por el cambio climático.
Las Naciones Unidas estiman que, desde el año 2000, las pérdidas económicas provocadas por desastres naturales alcanzaron los 2,5 billones de dólares, un 50% más que las previsiones internacionales anteriores.
Algunas experiencias de alto impacto atribuibles a los cambios en el clima son las inundaciones – como las sufridas en la provincia de Córdoba – en paralelo a grandes sequías e incendios – como los vividos en Chubut –, situaciones totalmente opuestas que se desencadenaron en un mismo país.
“Más de un cuarto de las 200 mayores empresas del mundo han establecido objetivos de reducción de carbono en línea con el objetivo de lograr una disminución del 6% anual, mientras que 150 de estas empresas han marcado objetivos sociales y medioambientales”, comentó Polman.
De acuerdo con el ejecutivo de Unilever, el mundo invertirá cerca de 90 billones de dólares en infraestructura para ciudades, uso de la tierra y sistemas de energía en los próximos 15 años.
“Construir nuevos sistemas de transporte, por ejemplo, reduciría la polución y generaría un ahorro de más de US$ 3 billones en los próximos 15 años. Además restaurar apenas el 12% de las tierras agrícolas degradadas y hacerlas productivas ayudaría a alimentar a 200 millones de personas más y aumentaría los ingresos de los agricultores en US$ 40 billones, sin necesidad de quemar y destruir nuestros preciados bosques”, aseguró Polman.
“Estamos ya padeciendo los efectos del calentamiento global. Dejar de actuar crearía un planeta más caliente y volátil, más vulnerable a padecer graves sequías e inundaciones, afectando a personas y empresas por igual. Necesitamos que gobiernos lideren este proceso para que el cambio sea duradero. Nuestros líderes tienen que dejar claro que se decantan definitivamente hacia una economía inclusiva y sustentable en vez de una desfasada e intensiva en uso de carbono basada en quemar combustibles fósiles”, finalizó.