Los pocos automóviles eléctricos de la marca que circulan en Argentina se importaban, hasta hoy, de manera particular con un costo multiplicado por los altos impuestos. Pero cuánto costarán cuando Elon Musk oficialice la presencia de Tesla en Argentina. Mientras Tesla avanza en su expansión mundial y se consolida como sinónimo de movilidad eléctrica, en
Los pocos automóviles eléctricos de la marca que circulan en Argentina se importaban, hasta hoy, de manera particular con un costo multiplicado por los altos impuestos. Pero cuánto costarán cuando Elon Musk oficialice la presencia de Tesla en Argentina.
Mientras Tesla avanza en su expansión mundial y se consolida como sinónimo de movilidad eléctrica, en Argentina su presencia es casi nula. No hay concesionarios oficiales, no se ofrecen servicios postventa locales, y los pocos vehículos que circulan han sido importados por particulares, a costos que más que duplican su valor original en Estados Unidos.
Según estimaciones del sector automotor, un Tesla Model 3, cuyo precio base en EE.UU. ronda los 42.000 dólares, puede llegar a costar entre 76.000 y 85.000 dólares una vez ingresado al país, debido a los numerosos impuestos: arancel de importación del 35 %, IVA del 21 %, tasa estadística del 3,5 % y posibles tributos internos. En el caso del Model Y, el valor puede escalar aún más, con precios que superan fácilmente los 100.000 dólares.
Incluso hay informes de unidades del pick-up Cybertruck que ingresaron recientemente por vía privada. En un caso difundido en redes sociales, se estimó que su valor final en Argentina rondaba los 350 millones de pesos, equivalente a más de 320.000 dólares al tipo de cambio informal.
La ausencia de Tesla en los registros oficiales de patentamientos también es reveladora. Según datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores (ACARA), en lo que va de 2024 se patentaron sólo 277 vehículos eléctricos puros en todo el país, un 28 % menos que en 2023. Las marcas más activas en este segmento son Coradir, Renault, Mercedes-Benz y BAIC. Tesla, directamente, no figura.
Esto no significa que no haya interés por la marca. Las búsquedas online sobre cómo importar un Tesla se multiplicaron en los últimos años, especialmente entre empresarios y fanáticos de la tecnología. Sin embargo, los altos costos, la burocracia aduanera y la falta de representación oficial actúan como fuertes barreras.
En 2025 podrían producirse cambios regulatorios que faciliten la homologación de autos eléctricos importados, pero los impuestos seguirán representando un obstáculo importante para su masificación.
Por ahora, tener un Tesla en Argentina sigue siendo un lujo reservado para unos pocos dispuestos a pagar el doble —o más— de lo que cuesta en su país de origen.
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