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FOCO

La cuarentena saca los problemas que escondemos en Argentina

Siete de cada diez consultas a la línea 141 son por síndrome de abstinencia y fugas del hogar. También la violencia machista afloró en situaciones de hacinamiento familiar. Las escenas de violencia pertenecen a todas las clases sociales y edades. Uno de cada tres argentinos desarrolló depresión y ansiedad en la cuarentena.

Era de preveer que estallaría, si se creía en las estimaciones más conservadoras de la OMS sobre Argentina. Las adicciones y los feminicidios no soportaron la cuarentena y se escaparon por debajo de la alfombra, en actos de violencia provocados por la abstinencia, escapes de la cuarentena, y hasta suicidios; muertes y violaciones, en el caso de los delincuentes sexuales. Por más que las autoridades hagan la vista gorda, no pueden negar una epidemia que mata a todas las generaciones: somos el segundo país en América en adictos a la cocaína luego de Estados Unidos: 1,6% de consumidores habituales; el primero en consumo social de alcohol (67% de consumidores habituales); y uno de los primeros en resina de cocaína (paco), la droga de los pobres en Latinoamérica.

Esto sin hablar de la violencia machista. Aquí el avance de la pandemia del coronavirus en el país y la instrumentación del aislamiento social obligatorio para contenerlo, comienzan a tener consecuencias en los sectores más vulnerables de la población. En estos casos, en que la víctima debe convivir con su victimario, habrá que esperar a que se termine el confinamiento obligatorio para saber las verdaderas cifras.

Habitualmente, la central de consultas recibe 150 llamados por día. Durante la última semana, el 70% de estas comunicaciones estuvo vinculada con los efectos de la cuarentena en población con problemas de consumo adictivo. El documento de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar) indicó: “Crecieron las consultas directas e indirectas que buscan orientación y pautas para contención familiar, manejo de situaciones de encierro, síndrome de abstinencia, consultas sobre medicamentos, tratamientos, y fugas de hogar. Sumamos un equipo de psicólogos de apoyo para llamar a las personas que, además de su consulta telefónica espontánea a la línea 141, soliciten una atención remota posterior, sin salir de sus casas“.

Para esta población, una de las tantas afectadas en su salud mental por la cuarentena, continúan funcionando con guardias de emergencias los centros comunitarios de atención y  espacios de rehabilitación, pero sin alojar nuevos pacientes.

El documento difundido por la Sedronar con el balance de llamados recibidos durante los últimos días en la línea 141 señala que actualmente el 80% de las consultas telefónicas están siendo resueltas con intervenciones remotas del equipo interdisciplinario, “sin necesidad de derivación al sistema de salud pública”.

El enemigo en casa

Las denuncias a la Línea 144 de la Provincia de Buenos Aires aumentaron un 60%. Ocho de cada diez llamados son de mujeres que sufren violencia en el hogar y el peligro se incrementa por el encierro. El femicidio de Cristina Iglesias y su hija Ada conmueve y generó la convocatoria a un ruidazo. Pero ya son 10 los femicidios desde el comienzo del aislamiento social obligatorio y son pocas las mujeres que conocen la existencia de 120 refugios en todo el país que pueden albergar a las víctimas.

“Estos días estalla la demanda”, subraya Estela Díaz, Ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires. Y señala que los pedidos de ayuda en casos de violencia de género a la Línea 144 en territorio bonaerense aumentaron un 60 por ciento del 20 al 26 de marzo.

Por eso, el Gobierno exceptuó de la cuarentena a quienes salgan para denunciar hechos de violencia de género. Se trata de un permiso especial para las mujeres (o personas de la comunidad LGTTBI) que padezcan este tipo de situaciones. La medida fue anunciada en la Resolución 15/2020, publicada el domingo 5 de abril en el Boletín Oficial.

1 de cada 3 argentinos desarrolló depresión y ansiedad

Por otro lado, información del Sedronar y un vasto informe publicado por el diario LA NACION , confirman que uno de cada tres argentinos desarrolló síntomas depresivos-ansiosos durante la cuarentena. Así, no sólo quienes tenían patologías mentales previas, sino población a la que se consideraba “normal” (en su fase social o funcional) no ha soportado el corte abrupto de sus hábitos.

Se trata del primer estudio que se hace para medir el impacto emocional de la epidemia, que analizó más de 10.000 casos y que fue hecho por el Instituto de Neurociencias Cognitivas y Traslacionales de Conicet-Fundación Ineco-Universidad Favaloro.