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ENTREVISTA  Martín Saráchaga: “Los impuestos alejan a la clase media del arte”


De familia patricia y tercera generación de marchands, Martín Saráchaga conoce al detalle el mercado del arte. Sus consejos para entrar en este mundo: tener paciencia y espalda, armar un portfolio variado y asesorarse mucho.

Martín Saráchaga es economista, una pasión que lo acompañó desde siempre, pero que debe compartir junto al negocio de subastas de arte. Es que su padre, hijo también de marchands, murió muy joven, cuando Martín apenas tenía 30 años, por lo que debió hacerse cargo del negocio familiar, nada menos que la principal plaza de arte de Buenos Aires. Cierto es que por sus venas corre la misma pasión por encontrar tesoros artísticos.

La casa de subastas que lleva su nombre, está ubicada en pleno corazón de la Recoleta porteña, y fue fundada por su abuelo hace 80 años. En la actualidad se realizan 6 subastas anuales, la última en diciembre

Asegura que hay que perder el miedo a acercarse al arte y a las subastas, ya que no hace falta ser un erudito para comprar un cuadro, escultura o cualquier obra. “Con que te guste ya es suficiente. A veces el piso es de solo 10 dólares, con lo cual yo invito a todos a participar, porque con poco dinero se pueden llevar piezas únicas”, explica Saráchaga.

Otro mito que quiere desterrar es que las personas que se dedican al negocio de las subastas sólo cuelgan un cuadro y bajan el martillo con el precio más alto. “En verdad el 99% del trabajo es el que no se ve y el que permite llegar a ese momento”, asegura.

Según explica, el trabajo es diario y arduo. Debe rodearse de un equipo multidisciplinario que esté al tanto de las últimas tendencias del mercado mundial de arte. Analistas que evalúan este día a día, como los operadores del mercado bursátil, cada uno experto, además, en diferentes ramas del arte, el diseño y la historia.

“Por supuesto hay algo que ninguna computadora puede hacer: detectar las obras falsas. En toda subasta mundial, los falsificadores juegan una pulseada con nosotros. Aquí detectamos varias que intentaron ingresar al mercado como legítimas. Ahí el oficio es fundamental, porque los falsificadores son tan pulcros que muchas veces sus obras parecen más originales que el propio cuadro imitado”

Quinquela Martín – Un cuadro del maestro que vale más por su rareza que por su valor artístico.

MERCADO AMESETADO

Sobre el mercado local, asegura que está amesetado, ya que ha sentido el impacto de la devaluación. “En contextos inciertos hay reticencia tanto a vender como a comprar arte o cualquier otro bien. Igualmente creo que el gran problema estructural por el que Argentina no crece como una plaza del mercado del arte son los impuestos distorsivos, que alejan a la clase media y la clase media alta que no dispone de ahorros para invertir.”

Saráchaga asegura que en cualquier país, no son los ricos los que mueven el mercado, sino la clase media. “En un país con constantes devaluaciones, es difícil que la gente arriesgue sus dólares en una inversión a largo plazo”

Entonces, ¿es conveniente entrar en el mercado del arte?. “En este momento, conviene ir a lo seguro. Es decir, pintores consagrados internacionalmente, como Berni, Xul Solar, Quinquela, Petorutti, o Kuitca”

Asegura que los artistas jóvenes de vanguardia son avalados primero en el exterior, para luego cotizar en Argentina. Los mejores de hecho, residen en el extranjero gracias a becas internacionales. “Algunos clientes invierten en artistas jóvenes, pero no vas a encontrar un Basquiat, con su pintura cruda de las calles, que se valorice rápidamente y entre en el mercado”

CONSEJO PARA NOVATOS

“Mi mejor consejo para los nuevos inversores es que armen un portfolio de obras, teniendo en cuenta una colección que contemple cierta variedad de artistas y períodos. Estas inversiones son a muy largo plazo, a veces hasta 20 años o más. Además deben estar asesorados por un profesional. Es muy fácil tentarse a vender apenas el mercado repunta, pero quizás no era el momento ideal para ese artista en particular”

Sobre el mercado mundial, Saráchaga no tiene dudas. Hoy el arte se maneja desde China. Sus miles de multimillonarios compran sin fijarse en gastos, en arte clásico pero sobre todo en arte chino. “Mucha de su cultura tradicional se vendió al extranjero en el siglo XX, antes y después del comunismo. Ahora quieren recuperar todas esas obras de jade, y las reliquias de los emperadores. Para ellos es una cuestión de honor nacional, por eso cuando tenemos arte chino histórico, lo averiguan y vienen a comprarlo por intermediarios a cualquier precio”