A partir de su éxito personal se convirtió en un divulgador y un referente esencial para quienes se aventuran a convertir su idea en una empresa. Bilinkis evalúa las oportunidades para los emprendedores de hoy en el país para Prensa Económica.
Fundador de Officenet y tecnólogo, Santiago Bilinkis es un referente en la nueva cultura emprendedora argentina. Su trascendencia en la materia es tal que además de pasar gran parte de su tiempo viajando por Latinoamérica brindando charlas sobre divulgación científica y tecnológica, es destinatario de proyectos e ideas de emprendedores que buscan su aprobación, su interés o al menos su punto de vista.
No es lo mismo fundar una empresa que brindar charlas sobre tecnología; lo que no implica que no se pueda ser un apasionado en ambas cuestiones y por qué no abrazar la cultura emprendedora con el concepto de tecnología bien presente.
“El impulso por emprender lo compartía con Andy Freire, un compañero de la facultad de Economía. Teníamos 25 años y hablábamos constantemente de tener nuestro propio emprendimiento” comenta Santiago. “Terminamos trabajando los dos en Procter & Gamble en relación de dependencia. En esa época (mediados de los 90) la palabra emprendedorismo apenas existía. Después de dos años como empleados, decidimos finalmente renunciar para crear nuestra propia compañía. Y comenzamos a trabajar en Officenet en 1996. Era una idea rara…teníamos ganas de fundar una gran empresa. Nos decidimos por la venta online de artículos de oficina. Nuestras iniciativas generaban curiosidad y empezamos a ser entrevistados por medios, algo que no esperábamos.”
“Creemos que conocemos Brasil, pero en realidad es mucho más complejo de lo que imaginamos”.
DESEMBARCO EN BRASIL
“La cuestión principal fue la búsqueda de capitales; conseguimos acá en Argentina. Una vez que la empresa empezó a funcionar en el mercado nacional y vimos los primeros resultados, tomamos una decisión de una envergadura enorme pero que en ese momento nos obsesionaba: “desembarcar en Brasil.”
¿Ya vislumbraban en ese momento a Brasil como la potencia que es en la actualidad?
No, en ese momento no. Nunca habíamos escuchado hablar del BRIC, por ejemplo; no éramos conscientes de la escala bestial de Brasil. Conseguimos capitales de fondos internacionales y fuimos a invertir. Éramos inconscientes pero responsables. Nos tomamos el asunto muy en serio. Sin buscar socios brasileños, abrimos nuestra oficina en San Pablo. Los recursos humanos eran de allí, obvio. Fuimos como huéspedes, a aprender. Y en muy poco tiempo pasamos a ser una empresa brasileña que tenía una oficinita en Argentina. No parábamos de asombrarnos con lo grande que es ese mercado. Haciendo pie en Brasil, Argentina pasaba a ser una anécdota.
Cada mercado tiene sus rasgos particulares. ¿Fue sencillo adaptarse a las características brasileñas?
No fue tan sencillo como nos parecía a priori. Nuestro problema es que creemos que conocemos Brasil. Es mucho más complejo de lo que imaginamos. Culturalmente somos muy diferentes. Si fueras a negociar con un país africano, por ejemplo, irías con la mente abierta, porque imaginás que son diferentes, que tienen otras pautas culturales e ideológicas. En cambio con Brasil, uno se confía y posiblemente pase por alto detalles importantes. Para hacer negocios e integrarte hay que estudiar todas las variables, desde el idioma hasta la manera de presentar la propuesta.
¿En qué momento llegó la oferta de Staples para quedarse con Officenet?
En 2004 nos volvimos parte de Staples. Fue un proceso natural. Era lógico pasar a ser parte de uno de los grandes jugadores internacionales. Siempre lo tuvimos en mente y los inversores querían recuperar su capital y también se mostraron interesados. En lo personal fue interesante porque acordé con la empresa trabajar durante cinco años más, asi que trabajé también para Staples. Las negociaciones fueron arduas, duraron más de un año.
CLAROSCUROS
¿Cómo calificás el momento actual en Argentina para emprender un proyecto?
Muy propicio. Hay una comunidad súper emprendedora, una materia prima destacable y existen iniciativas del Estado para apoyar a los emprendedores con créditos; así como también hay organizaciones que asesoran en todo sentido a aquellos que tengan una buena idea y deseos de realizarla. Además hoy contamos con eventos para promocionar ideas e iniciativas. No nos olvidemos que a fines de los 90, la mayor cantidad de emprendimientos sudamericanos eran argentinos, con Mercado Libre a la cabeza.
Lo negativo es que de tantas ideas, ya se ha vuelto todo muy competitivo. Sale una idea novedosa y al poco tiempo florecen varias más, en el mismo rubro y muchas veces esa sobrepoblación de proyectos similares termina por saturar el mercado y no se termina de explotar una veta que en un principio puede haber sido interesante y viable.”
“Hay una materia prima destacable y existen iniciativas públicas y privadas para apoyar a los emprendedores”.
En una charla con Santiago Bilinkis es inevitable no hablar de Silicon Valley, en California: “El ambiente que se vive allí es ideal para emprender y para concretar ideas. Es realmente la meca del emprendimiento tecnológico. Lo más loco es que una vez que uno contacta a un capitalista allí, el proceso es rápido y conciso. Son tres reuniones: en la primera, se expone el tema; si les interesa, a los pocos días tenés un email concertando una segunda entrevista y si todo sigue bien, en la tercera reunión ya hay una oferta concreta. No se pierde tiempo. Horas después de cada reunión, ya hay un email, ya sea por sí o por no. Es tan eficiente y profesional que es un placer y te inspira a seguir trabajando en las ideas que uno cree interesantes por más alocadas y difíciles de realizar que sean”.
“Conceptos como nanotecnología o teletransportación, son explorados en Silicon Valley desde hace tiempo”.
“Además en Silicon Valley nacen los dispositivos tecnológicos que serán noticia posteriormente en el resto del mundo. Conceptos como nanotecnología o teletransportación, que acá aún nos resultan distantes, allá están siendo explorados y desarrollados desde hace tiempo. De ahí sale mi pasión por divulgar estos temas y explicárselos a una audiencia que cada vez se muestra más interesada. De hecho tengo una columna en el programa Basta de todo, en FM Metro, en donde el tema es la divulgación tecnológica de una manera didáctica.”
¿Sirve como modelo para la Argentina el ecosistema implementado en Silicon Valley?
Sí y no; serviría desarrollar un polo tecnológico como el que existe allí. Pero copiar ese modelo no funcionaría. Tenemos que hacer algo acorde a nuestras características. Como por ejemplo ha hecho Israel, poniendo mucho foco en la formación tecnológica y en la construcción de empresas, lo que ha propiciado el desarrollo aplicaciones y software de punta, como servicio de mensajería instantánea y dispositivos como los USB. El israelí que quiera desarrollar tecnología, tiene muchas instituciones y opciones a las que recurrir.
¿De qué manera repercuten las medidas económicas controversiales que ha tomado el gobierno (anterior) como el cepo cambiario o las retenciones a las importaciones sobre los emprendimientos tecnológicos?
Una economía cerrada e imprevisible, no ayuda para nada. Si comparamos con Chile y Uruguay, ellos están desarrollando programas de inversión para desarrollar software, lo que tarde o temprano les generará un rédito enorme. Uno de los motores es atraer inversión externa de riesgo y cuanta más garantía se pueda dar al inversor, más se invertirá. Por eso las trabas no ayudan. Aunque, como en muchas situaciones de la vida, cuando se cierran unas puertas, se abren otras y surgen nuevos escenarios.