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Multitasking: ¿mayor o menor productividad?

¿Quisieras que te clonaran para alcanzar a terminar todos tus pendientes laborales? ¿Sientes como si te faltara un brazo cuando no tienes cerca el smartphone, la tablet o la computadora? Por si fuera poco, ¿te cuesta concentrarte en la oficina?

Si tenés estos síntomas es muy probable que sufras falta de atención propiciada por el multitasking, que puede dar la ilusión de ahorrar tiempo, cuando en realidad ninguna tarea recibe la concentración suficiente.

El resultado: baja productividad y calidad de vida. La solución está en cinco ingredientes: energía, estabilidad emocional, motivación, estructura y control, según el psiquiatra especializado, Edward Hallowell.

En su libro Driven to Distraction at Work, el especialista expone sus ideas propuestas para combatir la baja productividad y la falta de bienestar de todos los que pasan la vida encerrados tras cuatro paredes, por 10 horas o más al día.

Las pantallas vampiro

Puedes creer que la tecnología es tu principal aliada para ganar tiempo, pero si no la sabes controlar, muchas veces es tu principal enemigo: “Si no aprendes a controlar tus aparatos electrónicos, ellos te controlarán a ti”, dice el autor.
Eso le sucedió a Les Marshall, un analista financiero que pasaba todo su tiempo frente a la computadora.

Cuando Les tenía tiempo libre, sustituía la pantalla de su PC por la de su celular e, incluso, en su casa prefería navegar en internet que hablar con su familia. La adicción lo llevó a un punto en que su esposa se separó de él para ponerle un ultimátum. Sólo así, Marshall supo que necesitaba ayuda.

El mundo de hoy exige una presencia virtual inevitable y pocos trabajos pueden hacerse sin una computadora, justifica Hallowell.
Sin embargo, sí es posible reducir el tiempo en línea. Un buen consejo del autor es no usar los gadgets para calmar el aburrimiento. En su lugar, él propone escribir una lista de cosas que hacer en caso de apatía y seguirla.

Hacer TODO es imposible

Otro problema de cualquier persona del mundo laboral es sentir que debe hacer varias cosas a la vez porque no hay tiempo suficiente para todo.

Así era Julieta, una abogada exitosa y madre. Ella estaba convencida de que si pudiera clonarse, todo sería más fácil.

Julieta debía llevar a los niños a la escuela, pasear al perro, organizar eventos de caridad, tomar más casos legales de los que podía manejar. No podía negarse a nada, pero en el fondo sólo ansiaba un minuto para ella misma.

El día que su esposo le reclamó “olvidaste mi cumpleaños”, ella explotó. Estaba estresada, cansada, trabajaba demasiado y no podía detenerse. Que su esposo le exigiera recordar su cumpleaños le pareció insultante. Tuvo que buscar ayuda para salvar su matrimonio.

Según los expertos en neurociencia, se ha demostrado que es neurológicamente imposible hacer dos cosas a la vez. Lo que se conoce como multitasking puede dar la ilusión de ahorrar tiempo. Lo mejor es enfocarse en un asunto a la vez.

¿Tu vida es la oficina?

María era jefa de marketing en una empresa que estaba a punto de ser comprada por otra compañía más grande. Sus compañeros sabían que estaban en peligro de ser despedidos.

Nadie se podía concentrar. María trataba de subirle la moral a los demás y todos la usaban para desahogarse. Nunca le decía que no a nadie, siempre estaba ahí para escuchar.

En todas las organizaciones suele haber alguien que se encarga de absorber hasta cierto punto el estrés y la toxicidad del ambiente, según el autor. Estas personas altruistas ayudan bastante a la dinámica y sus intervenciones hacen posible una atmósfera funcional.

Sin embargo, las personas como María terminan sufriendo por pasar más tiempo preocupadas por las necesidades de los demás que por las propias.

Mente, cuerpo y espíritu

En la segunda parte del libro, Hallowell explica que la concentración tiene dos extremos: el absoluto y el nulo.

Cuando no existe la concentración, la mente está en un estado “errático” que puede parecer improductivo, pero no lo es. Por eso, a veces las mejores ideas parecen “salir de la nada”.

El otro extremo absoluto de la atención ocurre cuando las personas están tan inmersas en una actividad que pierden la noción del tiempo y del espacio.

Lo ideal, dice Hallowell, es alcanzar un grado flexible entre ambos extremos. Para lograrlo, el autor recomienda algo que parecería muy simple: cuidar la mente y el cuerpo, así como los vínculos afectivos con la familia y los amigos. Actividades como el ejercicio, la buena alimentación, la meditación y dormir bien son indispensables.

Hallowell no es el único autor que aborda el tema. En Amazon hay más de 300 libros para mejorar la productividad. Algunos incluso prometen convertir al lector en una persona más productiva en dos semanas.

El experto en psiquiatría no da plazos, porque no cree que baste con organizar mejor el tiempo. Su libro logra el propósito de no ser un ‘recetario de gestión del tiempo’. Aunque su enfoque clínico sobre el trastorno de déficit de atención puede distraer a alguien que sólo quiere controlar la distracción, antes de que ésta lo domine.