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COP 21: Los nuevos Desafíos del Milenio

Desde la incorporación del factor social en la estrategia del negocio, hasta el diseño de planes estratégico público-privados, 2015 será un año donde se solidificará el concepto de sostenibilidad, a la vez que cambiarán los Nuevos desafíos sustentables del milenio.

La sustentabilidad se pondrá los `pantalones largos´ este año, tras el fin del período de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), planteados en el 2000 por las Naciones Unidas para el 2015. Ahora los gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil volverán a darse cita en la Reunión Mundial sobre Cambio Climático (COP 21) que se llevará a cabo en Diciembre de 2015 en París, de allí surgirá, según los analistas, una fuerte revisión del modelo de desarrollo que se ha practicado hasta el momento, que serán los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS).
La firma de este acuerdo universal lleva ya un largo proceso de discusiones sobre la adaptación y mitigación del cambio climático. De este encuentro se derivarán acciones y compromisos que los Estados deberán asumir para limitar las repercusiones negativas que amenazan la vida sobre la Tierra.

El mayor reto es lograr en los próximos años una reducción considerable de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), principal causa del calentamiento global. En ese sentido los cientificos serios destacan la relación directa entre las acciones del hombre vinculadas al desarrollo industrial y el aumento acelerado de la temperatura.

Cambiar el modelo de desarrollo que se ha venido practicando requerirá de la cooperación de los países desarrollados, para que proporcionen a los países en vías de desarrollo, financiamiento adecuado, transferencia de tecnologías y capacidades para enfrentar los riesgos.

Vientos de cambio

Muchas nuevas tendencias comenzarán a crecer desde 2015, en el área de sustentabilidad y medioambiente tanto en empresas, como en el sector público y la ciudadanía, coinciden los expertos en Argentina y el extranjero.

La razón es la mayor exigencia de los mercados por prácticas sustentables, el crecimiento de áreas y profesionales en este ámbito y la arremetida de una fuerte institucionalidad ambiental. El término RSE (especie de padre de la sustentabilidad) irá quedando cada vez más en el olvido.

Lo hemos visto en el extranjero. Aquellas empresas que llegan a ciertos estados de madurez comienzan a establecer trabajos colaborativos pre-competitivos con otros actores, avanzando en la generación de cambios que efectivamente, logran resultados en términos de desarrollo sostenible. Las que se estancan en RSE van a seguir lidiando con el día a día de relaciones transaccionales con sus stakeholders”, comenta Pablo Muñoz, director académico del Centre for Business Sustainability de la UAI.

Si hasta ahora la agenda de desarrollo económico y la agenda de desarrollo sustentable iban en paralelo, a partir de 2015 y la COP 21, las agendas se empiezan a juntar, en algunos ítems de manera natural y obvia, y en otros de manera forzada e intencional. Por lo tanto, la agenda de desarrollo económico de las regiones, países, empresas y sectores productivos, comenzará a estar regida por el concepto de `desarrollo sustentable´. Esto será de enorme trascendencia en la economía y la sociedad futuras”, afirma Sebastián Bigorito, director del Consejo Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS).

pobrezaEn Argentina

Si bien aún estamos lejos de poder comparar nuestro grado de desarrollo de RSE y sustentabilidad con el de países desarrollados, se están comenzando a dar pasos serios por parte de las empresas. Uno de los puntos más destacables, que se refleja también en la Guía de Empresas Sustentables (GES) que publicará en forma exclusiva Prensa Económica en su número de Mayo, son las empresas que están midiendo la eficiencia de sus planes, para mejorarlos y ampliarlos adecuadamente.

Por supuesto que en un país con una pobreza estructural cuyos gobiernos no  han sabido o querido mejorar esta situación, aunque sí “maquillarla”,  las empresas deben poner el foco en las carencias más urgentes: educación para el trabajo, inserción laboral, infancia estimulada, salud, y tantas otras deudas.

Igualmente el concepto de “transparencia” está muy presente en el core institucional este año, por el alto grado de importancia que le está dando la ciudadanía y los inversionistas a este punto. Del mismo modo, las temáticas “verdes” también tendrán protagonismo, por el impacto en las nuevas generaciones. Además a nivel global, el 2014 dejó una marcadísima estela sobre la trascendencia del “cambio climático” en la sociedad. Las nuevas reglas y tendencias con miras al 2020, se terminarán de definir en diciembre en la reunión de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, COP 21, que se realizará en Francia.

2- Tendencias que cobrarán fuerza:

– Hacerse cargo de cómo mitigar el cambio climático

El término “cambio climático” ha tenido por una década bastante de fundamentalismo, glamour y mucho de lejanía en la responsabilidad de las empresas y los gobiernos. En 2015 y en adelante, se fortalecerá el concepto, pero con compromisos reales del sector público y privado. Incentivado en gran parte por la reunión de la COP21, el tema aparecerá hasta el cansancio en la agenda de los medios.
Es que `se termina una época y comienza una nueva´, con más certezas sobre lo que se habla y estudios certificados y precisos.
Los países integrantes de la ONU tienen plazo hasta mayo de 2015 para presentar su plan de contribuciones específicas, destinado a mitigar los efectos del cambio climático.
La cumbre en Francia tiene la oportunidad de pasar a la historia como la primera vez que el mundo se unió para enfrentar el cambio climático en serio. ¿Cuál será la contribución del gobierno argentino? Aún no se sabe.

– La sustentabilidad incorporada al modelo de negocio

El logro que todos esperan comenzará a ser cada vez más una realidad que un ideal. Las políticas de sustentabilidad “hablarán” del negocio. De hecho prácticas y metas se irán mezclando inexorablemente. Compañías, como las del área de minería, energía y recursos no renovables, se verán obligadas a adoptar las prácticas sustentables como centro del negocio, por una simple cuestión de supervivencia. Pero a largo plazo cualquier negocio tendrá este dilema: la sustentabilidad pasará a ser un tema estratégico.
Además el funcionamiento sustentable llegará “por derrame” de las grandes organizaciones a sus cadenas de valor: las pymes, que deberán ser apoyadas y debidamente preparadas.

– Acciones y políticas para ciudades inteligentes

Si bien ha sido utilizado como estrategia de marketing, el concepto “smart city” ya se está traduciendo en acciones concretas y 2015 será un año clave para proyectos que permitan desarrollar ciudades más inteligentes.
“Gestionar una ciudad es un tema complejo. Se requiere innovación para ciudades más sostenibles, aplicando medidas para la reducción de los impactos medioambientales, ahorro de energía y nuevas fuentes de generación, reciclaje y transporte inteligente. Todo orientado a mejorar la calidad de vida de las personas”, comenta Alberto Ducci, de Pacto Global, entidad que creó la iniciativa Cities Programme, que tiene como fin abordar este tema en conjunto a nivel gobierno, empresas y sociedad civil.

– La Huella Social empresa-comunidad

En este contexto, el 2015 será un año crucial para lo que se denomina como “inversión social”, que refleja la inclusión no sólo del entorno externo de una compañía, sino también de sus colaboradores. “Así como desde el punto de vista del impacto en el medioambiente las empresas miden su huella de carbono y su huella hídrica, ahora está cobrando importancia (por su repercusión en el largo plazo), la denominada ‘huella social’. En ese ámbito, la Gestión de la Diversidad, que cubre el derecho a la no discriminación, es un tema que empieza a instalarse en América Latina”, comenta Ignacio Larraechea, de Acción.
Algunas empresas ya están buscando mecanismos alternativos de relacionamiento comunitario. “Las acciones de RSE tradicionales (basadas en permiso social para operar) ya no están funcionando. La solución, en muchos casos, va estar en la capacidad que tengan las organizaciones de establecer relaciones de largo plazo con sus comunidades de impacto en base a lograr desarrollo local efectivo”. El académico agrega además: “La tensión que genera la inequidad es imposible de manejar con herramientas tradicionales, tarde o temprano les va a explotar en la cara”.

– Economía colaborativa y circular
Va a poner a muchas empresas a repensar en serio su modelo de negocio. Las empresas deberán colaborar en temas y particularmente en regiones de acción. A su vez el Estado está obligado a darles apoyo y participar. Algunas empresas están creciendo rápido por fuera de las reglas del juego, donde se hace complejo competir (algunas soluciones móviles). El desafío será atraerlos y buscar las herramientas más flexibles que pueden brindar.

– Finanzas sustentables
La tendencia internacional que liga el desempeño financiero de las empresas y la sustentabilidad de sus operaciones, ya es inexorable. Los inversionistas y grupos de interés desean tomar decisiones con información cada más detalladas, con énfasis en la información financiera, gobierno corporativo, desempeño social y ambiental, entre otros. En este sentido, 2015 y años venideros, serán los años en que los mercados bursátiles más avancen en sus índices de sostenibilidad. Hasta la Bolsa de Santiago de Chile ha encargado uno para este año, que tendrá impacto real en el negocio y no sólo virtual.
La adhesión del sector financiero regional y mundial a las iniciativas del Carbon Disclosure Project (CDP), constituye una fuente valiosa de información respecto del desempeño ambiental de las empresas, que contribuye a los inversionistas a tomar decisiones mejor informadas. Mientras para las empresas que son parte de esta iniciativa el desafío es continuar mejorando su desempeño, para el resto, la consigna puede ser sumarse y así dar un paso adelante en cuanto al reporte y transparencia de su desempeño ambiental.

– Energía y agua
El trabajo de las empresas no sólo deberá estar enfocado en la publicación de los consumos de combustibles, electricidad y agua de sus instalaciones y procesos; sino en la identificación y evaluación de los impactos generados a lo largo de su cadena de valor; pero esto no deberá quedar sólo allí, para este año se espera que las empresas progresen en la medición del impacto de su cadena al medio.
Recordemos que el agua será uno de los ejes centrales de las nuevas iniciativas sustentables.